Manuel Urrutia
Un grupo de investigadores franceses inventaron un material que es capaz de repararse a sí mismo en caso de ser cortado en dos.
El producto, que todavía no tiene nombre, es una especie de hule artificial hecho de aceite vegetal y un componente de la orina.
Según la revista científica Nature, esta sustancia tiene la habilidad de producir superficies, que al ser cortadas, conservan una fuerte atracción química entre ambas partes.
El producto, que todavía no tiene nombre, es una especie de hule artificial hecho de aceite vegetal y un componente de la orina.
Según la revista científica Nature, esta sustancia tiene la habilidad de producir superficies, que al ser cortadas, conservan una fuerte atracción química entre ambas partes.
Las piezas vuelven a juntarse sin necesidad de pegamento o de un tratamiento especial, como si nunca hubieran sido separadas.
Esta extraordinaria característica se logró gracias a una cuidadosa ingeniería de las moléculas en el material.
Actualmente los científicos franceses ya se encuentran produciendo grandes cantidades de este caucho artificial en París, en los laboratorios del Instituto de Educación Superior de Química.
Según el doctor Ludwik Leibler, quien encabezó la investigación, un pedazo de caucho común es en realidad una molécula con millones de millones de pequeñas unidades que están soldadas químicamente para formar una enmarañada red.
La elasticidad se produce gracias a que los ramales de la red están sujetos como en un acordeón: al estirarlos se alargan, y al soltarlos vuelven a su forma original.
El material fue desarrollado con el apoyo de la empresa francesa Arkema, que actualmente está investigando aplicaciones comerciales para el producto.
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